Un mito es una creencia compartida socialmente y que sin ser cierta la damos por verdad.

En la sociedad tenemos una serie de mitos -creencias erróneas- que dificultan la revelación de un abuso, mismos que actuamos y transmitimos a nuestros niños, niñas y adolescentes.

Vamos a revisarlos para que puedas reflexionar cuáles de ellos viven en tu interior y te permitas abrir los ojos, creerle a quién se acerque a ti, y evites opiniones a la ligera que lastiman, incluso a ti mismo.

Mito 1. Los abusadores de niños, niñas y adolescentes son personas enfermas mentalmente.

Realidad.  Los abusadores no presentan en la mayoría de los casos, ningún tipo de enfermedad mental, de hecho, estudios han revelado un coeficiente intelectual normal o superior a las personas de su edad.

Mito 2. Cuando una persona abusa de un niño, niña o adolescente, seguramente es bajo la influencia del alcohol y las drogas.

Realidad. Los abusos sexuales se dan en una gran variedad de circunstancias, pero no es preponderante el uso de alcohol o drogas como pre condicionante para ello. Aunque algunos abusos se consuman bajo la influencia de alguno de éstos, en realidad el acercamiento al niño, niña y adolescente se realiza en sobriedad de manera calculada y sistemática hasta encontrar la oportunidad de acceder al cuerpo del menor.

Mito 3. El abuso es un accidente que pasa “sin querer” y se malinterpreta.

Realidad. El abuso sexual de los niños, niñas y adolescentes estadísticamente hablando, se da en más del 70% en el entorno cercano, y se realiza a través de un acercamiento paulatino que va permitiendo que la familia confíe en él y por supuesto el niño, niña o adolescente. La relación que se crea con el menor tiene el objetivo de generar un acercamiento que permita posteriormente la transgresión, por lo que se trata de un comportamiento planeado y calculado que además se sostiene en el tiempo a veces por años.

Mito 4. Los abusadores son personas antisociales y aisladas que no conviven con nadie y por eso actúan así.

Realidad. En realidad, los abusadores sexuales de niños, niñas y adolescentes son personas bastante sociables pero si tienen una tendencia a relacionarse mayormente con niños, niñas y adolescentes en vez de relacionarse con personas de su edad. Se sienten más cercanos a los menores y sus relaciones con adultos son casi siempre en función de acercarse a los menores que pertenecen a esas familias. Se relacionan tan bien con los menores, que los padres de familia suelen acudir a ellos para que les aconsejen, los cuiden e incluso les ayuden, pues generan vínculos de confianza muy cercanos.

Mito 5. Los abusadores son notoriamente amenazantes y es fácil distinguirlos.

Realidad. Los abusadores sexuales de niños, niñas y adolescentes por regla general, son personas que tienen lo que llamaríamos “ángel” con los niños, que tienen una fachada honorable y que se ganan primero la confianza del cerco protector de los menores (padres/cuidadores) para poder acercarse sin levantar sospechas. Suele tratarse de personas carismáticas, amables, agradables e incluso con apariencia bondadosa.

Mito 6. Los abusadores son personas sin preparación o son personas fracasadas en la vida.

Realidad. Los abusadores pertenecen a cualquier clase social, a cualquier nivel de estudios y a cualquier creencia religiosa. Muchas veces están en posiciones económicas y de poder privilegiadas, lo cual les sirve de fachada perfecta para pasar desapercibidos. Si bien es cierto que pueden tener insatisfacción personal hacia el interno de su matrimonio, en realidad no presentan dificultades extraordinarias que sean particularmente llamativas.

Aunque no son todos los mitos, son algunos de los más frecuentes, y como verás, resulta inquietante pensar que a veces nuestra confianza la entregamos por apariencia y no por verdadero conocimiento de la realidad.

El que sepas acerca de estos mitos y reflexiones acerca de ellos tiene como objetivo que comprendamos todos la importancia que tiene educar a nuestros niños, niñas y adolescentes y a estar vigilantes ante cualquier acercamiento excesivo de un adulto a nuestros menores.

La adolescencia es particularmente complicada porque nuestros adolescentes tenderán a escuchar a todos menos a sus padres, sin embargo, si generamos vínculos saludables y de buenos tratos desde la infancia, podemos protegerlos y permitirles distinguir entre lo que es sano, verdadero y las manipulaciones y distorsiones que el abusador puede usar para intentar lastimarlos.

Piénsalo y comparte esta información.

Por: Lic. Carolina Téllez Estrada

Especialista en Protección de Menores